jueves, 24 de marzo de 2011

Sensibilidad el valor que nos hace despertar hacia la realidad


 
En el lenguaje cotidiano la palabra "sensibilidad" designa la capacidad para captar valores estéticos y morales, pero en la filosofía kantiana esta expresión designa la facultad para tener sensaciones; aunque no es muy exacto, podemos identificarla con la percepción. La Sensibilidad  se divide en Sensibilidad interna y Sensibilidad externa; la Sensibilidad interna es la percepción interna, es decir la capacidad para tener un conocimiento inmediato, directo, de la propia vida psíquica, como cuando sabemos que estamos tristes o que estamos recordando o pensando; la Sensibilidad externa es la percepción externa, es decir la capacidad para tener un conocimiento inmediato de los objetos físicos, como cuando vemos una mesa o escuchamos una canción. El espacio y el tiempo son formas a priori de la sensibilidad externa, y el tiempo es la forma a priori de la Sensibilidad interna.


 
La sensibilidad puede entenderse como la facultad de experimentar impresiones físicas, y esto es una función que corresponde a los nervios, y se relaciona directamente con el proceso psíquico  de la percepción, pero también con la facultad de sentir vivamente, y en este caso se conecta con la emotividad, los sentimientos de compasión y de humanidad, y directamente con todas las manifestaciones del arte. Desde este  punto de vista la sensibilidad está muy concatenada con los procesos afectivos. 


Podemos afirmar que la sensibilidad nos hace despertar hacia la realidad, descubriendo todo aquello que afecta en mayor o menor grado al desarrollo personal, familiar y social. Con sentido común y un criterio bien formado, podemos hacer frente a todo tipo de inconvenientes, con la seguridad de hacer el bien poniendo todas nuestras capacidades al servicio de los demás.



Utilidad de la sensibilidad a nivel escolar



En el ámbito escolar la sensibilidad debe estar presente, y enseñarla como el valor mas importante, para con nuestros congéneres, ella posee e poder de colocarnos en los zapatos de los demás, en aras de ayudar a nuestro prójimo, además que permite cambiar paradigmas o estados mentales no construtivos de nuestra personalidad, por tal motivo el valor de la sensibilidad esta intrínsecamente ligado a la educación que reciben los niños en la escuela y en el hogar.



Así mismo el niño debe ser sensible a las cosas de su entorno, pues este es el primer paso para poder sentir hacia aspectos más complejos de la actividad humana. Si al niño se le enseña desde muy pequeñito a querer a una mascota, como puede ser un perro o un gatito, se están sentando las bases para el desarrollo de una actitud de cuidado y protección de los animales; si se le enseña a cultivar una rosa, se le está inculcando el amor a la naturaleza; si se le asoma a la ayuda a un ser desvalido, se sientan las bases de la compasión y la cooperación humanas. Asimismo el amor a la música, a una creación plástica, a un cuento literario, entre otras muchas manifestaciones de la conducta humana, tienen en su base la posibilidad de sentir, de emocionarse ante el hecho visto, es una prueba de la sensibilidad del niño hacia las cosas del mundo que le rodea. 



De igual forma la sensibilidad, como valor o cualidad humana, no puede trabajarse de forma pedagógica directamente, sino mediante actividades que en su base promuevan el afloramiento de sentimientos y no solo de conocimientos, actividades que han de ser muy diversas pero en las que siempre prime lo afectivo. 


Por lo tanto Es muy importante el ámbito escolar porque los niños están desde pequeños aprendiendo que determinadas conductas pasen a ser hábitos. Si se trabaja con ese tipo de conductas empáticas, al final el niño las introduce en su repertorio normal de conductas, no como algo extraordinario. Si se hace más tarde costara mucho mas incorporarlas, porque ya hay hábitos establecidos y deben ser sustituidos.


miércoles, 23 de marzo de 2011

La Sensibilidad ¿Es un valor social, cultural y familiar?


Ser sensible a las necesidades emocionales de los otros es una característica de personalidad positiva, en la medida que permite empatizar con los sentimientos ajenos y tener una vinculación profunda con las otras personas.

La sociedad de consumo se sustenta en la creación de más y más necesidades y, con ello, de ansiedades por poseer, nos tiene convencidos de que necesitamos cosas cada vez más refinadas, la idea sería, entonces, entrar en sintonía con la que de verdad nos da plenitud y es ahí cuando compartir y preocuparse, genera ayuda emocional, nos reorienta con nuestro crecimiento personal y permite darnos cuenta que las otras personas también tienen necesidades y que a través de la sensibilidad podemos lograr desarrollarnos como persona de manera más completa.


Es sumamente importante fomentar este valor en nuestra sociedad, ya que este, debe ir de la mano con la educación que se imparte tanto en el ámbito familiar como en el entorno social y cultural, en estos tres ambientes se desarrolla la sensibilidad hacia los demás, pero es la crianza y la formación de valores en el niño a temprana edad, lo que impregna en el los valores que serán parte de su vida hasta su adultez

Sin duda, el término sensibilidad se registra como la capacidad de sentir y es eso lo que no se debe olvidar no sólo para ayudar a otros sino, también para ayudarnos a nosotros a mejorar nuestras actitudes egoístas, desconsideradas y personalistas que finalmente empobrecen nuestra calidad de ser humano.